miércoles, 28 de diciembre de 2011

ENNOBLECIMIENTO INDEBIDO

Si es usted asiduo de este tedioso blog, improbable lector, recordará sin duda que he sido, pertinazmente, un firme partidario de tomar ejemplo del sistema premial inglés.

En Inglaterra, como se ha expuesto en repetidas ocasiones, la nómina de nuevos titulados queda engrosada cada año notablemente. Nobles noveles que, no solo ven recompensado su devenir vital a través de un título, sino que aportan su sabiduría a la asamblea legislativa denominada cámara de los lores.

Sistema premial además, que involucra en la utilidad de la nobleza, y por ende en la bondad del sistema monárquico, al conjunto de la sociedad. Permitiendo de este modo, a cualquier súbdito del rey, aún proviniendo de una extracción social humilde, acceder a la participación en el proceso de elaboración de las leyes.

De igual forma, y aún a pesar de que mi condición laboral impide la manifestación de ideas de carácter político, no he tenido reparado en publicar algunas entradas en las que se proponía una revisión histórica no muy acorde a la ley de memoria histórica. Ley que, es un juicio aceptado incluso por aquellos que la promovieron, pretendía ensalzar únicamente al bando perdedor en la última contienda civil, a través de la destrucción de cualquier símbolo del bando ganador.

Pero a pesar de todo ello me parece grave, creo incluso que un insulto al conjunto de la ciudadanía, el bulo que recorre los mentideros políticos. Habladuría que se refiere a que el nuevo gobierno de la nación estudia proponer una ley de memoria histórica de signo radicalmente opuesto. Ley que, como primera medida de gran impacto, ennoblecería al teniente coronel Tejero nombrándolo marqués del Congreso de los Diputados.
















¡Es broma, improbable lector! Hoy es el día de los santos inocentes.