domingo, 23 de enero de 2011

SENSATEZ PÚBLICA

Aquel reportero que profetizó que una buena noticia no es noticia acabó convirtiendo los telediarios en una cadena de relatos de desgracias. Desgracias graves. Cuantos más muertos mejor.
¿Recuerda, improbable lector, un periódico semanal de hace años, de nombre El Caso? Se diferenciaba en que no solo daba cuenta de las noticias más inquietantes relativas a asesinatos, estupros, violaciones y todo tipo de vejaciones, sino que se regodeaba en la exposición de los detalles más escabrosos.
No veo las noticias desde hace ya algunos años, no escucho la radio, ni tan siquiera leo los periódicos. Deprimen. Irritan. Asómese hoy, improbable lector, a cualquier espacio televisivo informativo considerando lo expuesto y confirmará la idea a poco que reflexione.
De tanto hablar de robos, de asesinatos, de violaciones, de corrupciones y demás atropellos a las libertades, se consideran ya normales estos hechos. Y no lo son. Gracias a Dios los malos, los verdaderamente malos, son pocos. Lo que ocurre es que hacen mucho ruido y que su sonido se amplifica, y encuentra un repetitivo eco, en los informativos de prensa, radio y televisión.
Es verdad que malos somos todos, pero solo a ratos. Después reflexionamos, nos arrepentimos, y a poco que se ejercite la sensatez intentamos reparar el daño que hayamos causado. A lo largo del día, improbable lector, usted como yo realizamos acciones buenas, sí, pero también malas.
¿Recuerda la película Crash? Aparentemente inconexa en su relato, une personajes dispares a través de accidentes de tráfico. El policía neoyorquino que en las primeras escenas abusa de la chica morena acaba, al final de la cinta, salvándola de morir abrasada arriesgando su propia vida.
El film pretende recordar lo que se ha reseñado. Todos somos, a lo largo del día, autores de acciones buenas, y también malas. Pero las malas encuentran mucho eco, las buenas no. La sensatez no es noticia. 
Hoy se trae a su consideración, ya aburrido lector, un enlace que desdice, gracias al cielo, la última frase del anterior párrafo: La sensatez sí puede ser noticia: