miércoles, 19 de enero de 2011

RÉPLICA A LA HERÁLDICA DE LOS MILITARES

Disciplinado como todo militar, anexo recado electrónico recibido con el que discrepo en buena medida. Sirve en consecuencia como cumplimiento de la orden tácita recibida del coronel del cuerpo jurídico de quien en una ocasión se expuso algún detalle, que sugería que el único valor de este tedioso blog era dar cabida a todas las opiniones.
El mensaje proviene de un ingeniero naval en ciernes, don José Antonio Padilla Solano, cuyas armas sirven como introducción a sus palabras:
Hola JJ:

He seguido con interés la entrada de Don Juan Fernández Molina acerca de los adornos exteriores en las armerías castrenses,
seguida de los diseños de Don Fernando Martínez Larrañaga. Créeme que me hubiese gustado aportar un granito de arena antes, pero estas fechas de exámenes no me dejan tanto tiempo libre como me gustaría.
Si nos vamos al libro básico al que se recurre en este asunto, el "Tratado de Heráldica Militar" del Servicio Histórico Militar (1984), comprobaremos que es un libro que deja mucho que desear, por decirlo de alguna manera. Los adornos exteriores que nos enseña están fusilados, si me permites la expresión, de tratados de heráldica decimonónicos, como por ejemplo, el "Tratado de Heráldica y Blasón" de Piferrer (1858).
O dicho de otra forma, los adornos exteriores utilizados en la Heráldica Militar están "estancados" desde hace más de 150 años.
En otro orden de cosas, el motivo por el cual los adornos exteriores militares sólo van desde Coronel/Capitán de Navío hasta Capitán General (hoy en día sería General de Ejército, Almirante General o General del Aire) es debido a que a partir de Coronel/Capitán de Navío se pertenece a la nobleza.
Sí, he dicho nobleza, puesto que además de la nobleza de sangre (la más conocida), existen la nobleza de privilegio, que es la concedida por Su Majestad a un súbdito por sus méritos y servicios a la Patria, y la nobleza de cargo, que es la nobleza personal que se obtiene por el hecho de ocupar un alto cargo, bien por méritos personales como un Magistrado o un General, bien porque te han puesto ahí sin saber por qué (léase Ministro/a). Si mal no recuerdo, y que me corrijan si me equivoco, si en un linaje se obtiene nobleza de cargo en tres generaciones sucesivas, pasa a considerarse nobleza de sangre.
 Esto explica por qué desde Soldado/Marinero hasta Teniente Coronel/Capitán de Fragata el tratamiento es de Usted (Vuestra Merced), el Coronel/Capitán de Navío tiene tratamiento de Usía (Vuestra Señoría) y a partir de General de Brigada/Contraalmirante tienen tratamiento de Vuecencia (Vuestra Excelencia).
Esta es la razón por las que existen condecoraciones que se otorgan a estas altas personalidades, de modo que cuando cesen en el cargo (y pierdan la nobleza aneja al mismo), puedan seguir manteniendo el estatus adquirido, incluyendo el tratamiento correspondiente.
Siguiendo el hilo del razonamiento, también podremos darnos cuenta del por qué se crearon las coronas militares en la heráldica y por qué se estableció la analogía entre estas y las coronas nobiliarias, ya que en la Edad Media, el mando de las tropas estaba reservado a la nobleza.
Bueno, y tras esta pequeña mirada hacia atrás, es hora de mirar al presente. Si Don Juan Fernández Molina me permite una pequeña crítica a su sistema, he de decir que, en mi humilde opinión, me resulta excesivamente complejo y arbitrario. Creo que un sistema más sencillo siempre resulta más beneficioso. Tengo entendido, que alguien me corrija si me equivoco, que en los Ejércitos se usan distintas gorras en función de la escala: tropa/marinería, suboficial, oficial, oficial superior u oficial general. Si es así, timbrando el escudo de armas con la gorra correspondiente, podríamos saber al Ejército y la escala a la que pertenece, simplemente con un único adorno exterior, aunque entiendo que a partir de Coronel/Capitán de Navío se sigan usando las coronas militares como hasta ahora, incluyendo el uso del manto en los oficiales generales.
Este sistema cuenta con la ventaja añadida de que cualquier otro militar, aunque no supiese nada de heráldica, sabría identificar el Ejército y la escala del armígero.
 Respecto al uso de las condecoraciones, es algo que ya está reglado en los tratados de heráldica, y si mal no recuerdo, hace tiempo escribí unas líneas en el blog al respecto tomadas de Don Vicente Cadenas.
Un abrazo,
Jose.