viernes, 28 de mayo de 2010

ALGUNAS APOSTILLAS SOBRE ADORNOS EXTERIORES

Al hilo de la reciente entrada sobre las diferencias entre tenantes, soportes y sostenes hoy se añaden unas notas:La primera es una reflexión relativa a la práctica habitual, a mi entender erronea, de considerar que las personas que han alcanzado la santidad, definida como tal por la Iglesia se consideran, en esa taxonomía, como sostenes, no como tenantes. Así aparece reflejado en todos los manuales de heráldica que he podido consultar. A mi juicio, tan válido como cualquier otro, no es válida esa adscripción. La figura, por ejemplo, de un sacerdote que sustenta el lateral de un escudo es un tenante puesto que es persona. Si esa figura alcanza la santidad y a su representación se le añade una corona votiva ¿deja de ser tenante para convertirse en sostén? la idea, valga la redundancia, no se sostiene.La segunda nota que se desea anexar es la relativa al habitual uso de un único tenante, soporte o sostén. Es efectivamente, práctica habitual en la heráldica española que una sola figura tenga, soporte o sostenga el escudo. La evidencia surge del escudo vigente en España hasta 1981, soportado por un águila: Se añade el ejemplo de mis propias armas tenidas, que no sostenidas, por san Arnold de Metz.Y por último añadir una tercera reflexión: la heráldica, como se ha expuesto repetidamente, es un arte, basado en un criterio científico, que atiende los asuntos relativos a lo que acontece en el interior y en los alrededores de una boca de escudo.La realidad demuestra que ese método científico ha desarrollado su conocimiento sobre todo en los aspectos que conciernen al interior del contorno de la armería. Por el contrario, los denominados adornos exteriores, aquellos que se representan orlando el escudo, nunca han conocido el rigor científico anterior; al contrario, no existe criterio alguno que defina las proporciones de los adornos exteriores, ya sean los timbres, los soportes o tenantes, los lambrequines o las divisas. Así, cada artista los representará según el criterio que considere más estético sin que pueda ser, salvo desproporciones evidentes, acusado de incumplir precepto heráldico alguno.