viernes, 11 de septiembre de 2009

SAN JERÓNIMO EL REAL III

Dando continuación a la serie de entradas que con el título del monasterio de san Jerónimo se vienen publicando, hoy se expone la tercera entrada de esta serie.Resumiendo lo expuesto hasta aquí, recordará, improbable lector, que se comenzó hablando del Paso Honroso de don Suero de Quiñones de 1434. Posteriormente se trató de la justa que se celebró en Madrid veintinueve años después, con el mismo nombre, y se concluyó con el recuerdo del monasterio jerónimo, llamado de Santa María del Paso Honroso, que se fundó en la orilla izquierda del Manzanares para perpetuar la memoria de aquel combate.

Transcurrieron sin novedad reseñable los primeros cuarenta años de vida del monasterio pero en 1503, reinando en Castilla doña Isabel I, la católica, el cenobio cambió de ubicación. Ya en 1502 se había presentado a la corte la necesidad de buscar un lugar más adecuado dada la dificultad de vivir en aquel lugar llano, al lado del río, con la insalubridad propia de las aguas que se estancaban a su paso por el monasterio.Así, con la autorización expresa de los monarcas, por ser Santa María del Paso un monasterio real, el convento se trasladó a su nueva localización, el paseo del Prado, donde todavía permanece hoy. Era entonces el paseo del prado un lugar alejado de la villa en buena proporción. Contaba con fuente propia y extensos campos de cultivo. El nombre y recuerdo del Paso Honroso no resistió el cambio de ubicación y el monasterio paso a ser conocido como san Jerónimo el real o simplemente como los jerónimos.La iglesia del nuevo cenobio se concluyó rápidamente utilizando las piedras de cantería del antiguo convento que se trasladaron al nuevo emplazamiento y, en 1505, ya se celebraba culto en el lugar.Cuando los monarcas se trasladaban a descansar y tomar los aires en el palacio que se denominaba del buen retiro, la iglesia del monasterio, aneja al palacio, servía de capilla real. Los monarcas, incluso, al igual que en san Lorenzo de El Escorial, podían escuchar la santa Misa a través de una ventana que comunicaba uno de los aposentos reales con el altar mayor.El palacio fue demolido, casi por completo, a mediados del siglo XIX a consecuencia del grave estado de deterioro que presentaba con posterioridad a la guerra de la independencia, toda vez que las tropas francesas lo utilizaron como almacén.El convento, que sirvió de cuartel de artillería durante el reinado de Fernando VII, está hoy integrado en el conjunto del museo del prado con elegancia, pudiendo contemplarse la monumental arcada que servía de claustro.Los monjes de la orden jerónima, hoy ya casi desaparecida a pesar de ser la más española de las órdenes religiosas, abandonaron forzosamente el monasterio de san Jerónimo el real en tres ocasiones a principios del siglo XIX, siendo la definitiva en 1836. No obstante, la diócesis de Madrid mantiene el culto en la iglesia.La vinculación de la familia real española con este monasterio, que nació como recuerdo del Paso Honroso que se celebró en la villa de Madrid, se mantiene todavía vigente. Así, como se ha expuesto, los príncipes de Asturias, desde tiempos de Felipe II y hasta el reinado de Isabel II, juraron en los jerónimos. El rey Alfonso XIII casó en esta iglesia y el actual monarca, don Juan Carlos, inició su reinado con una misa votiva del Espíritu Santo en tan histórico lugar.